El que no arriesga un huevo, no gana un pollo, reza el adagio popular. Es una analogía simple y muy poderosa, en la que se explica cómo para obtener algo hay que sacrificar algo mas a cambio. Esta sabiduría popular, tan antigua como un huevo, es la regla de oro que todo apostador sin sentido quisiera alcanzar: Ganar un pollo sin sacrificar el huevo. Esto no es posible.
Rentabilidad en las finanzas:
El mundo de los negocios versa sobre un concepto simple, adelantar una acción a cambio de una contraprestación. Acción y reacción, esfuerzo y pago, entrega de un bien a cambio de otro, productos, servicios y dinero. En esta lógica, se entiende entonces que debe haber una acción para generar una reacción. Debe realizarse un esfuerzo de crear un bien o un servicio para recibir una contraprestación, un pago. Hasta aquí, se diría, todo bien o servicio debiera ser pagado en tanto hubo un esfuerzo para su creación.
El esfuerzo que debe realizarse para desencadenar la reacción, en la economía clásica se conoce como el uso de los recursos disponibles, trabajo, tierra, capital o conocimiento. La compensación del uso de los recursos tiene nombres en cada caso; el pago por el trabajo se conoce como salario, de la tierra es el arriendo o renta, del capital es la rentabilidad y del conocimiento regalías o licencias.
La rentabilidad es el pago al uso del capital, pero la pregunta es ¿qué es lo que le pagamos al capital? Cuando se habla de remunerar al dinero, o a quien dispone del dinero para ponerlo al servicio de otro, se refiere en realidad a un pago por sacrificar la disponibilidad del capital en el tiempo presente. Esto es un pago por la liquidez. Así cuando una persona requiere de capital lo que está realmente diciendo es que necesita dinero en función del tiempo, con lo que la rentabilidad es el pago por el dinero en el tiempo. Ahora, ¿Cuánto vale el dinero en el tiempo?
Los factores que determinan el valor del dinero en el tiempo son tres 1) Inflación; 2) Costo de Oportunidad y 3) Riesgo. En nuestro blog de Rentabilidad Ideal: Costo de oportunidad, explicamos los primeros elementos.
Riesgo:
Para hilar esta explicación, es necesario resaltar que toda actividad humana, o toda acción tiene un nivel de riesgo vinculado. En la práctica no existe movimiento sin riesgo, como concepto general. Esto hace que el adelantar esfuerzos implique que quien los realice requiera una motivación para hacerlo dado que se expone a un determinado nivel de riesgo.
Retomando la rentabilidad, el poner a disposición de un tercero capital va a implicar un riesgo. ¿Cuál? En relación al capital, el riesgo esta medido por la probabilidad de no obtener los flujos de dinero que fueron prometidos. Así, el dueño del capital, capitalista, al prestar o invertir dinero se expone a una probabilidad de que no sucedan los flujos futuros de dinero como se prometió. De esta manera, para lograr convencer a un capitalista a que entregue recursos debe haber un incentivo, el cual debe ser superior a la probabilidad de no recibir lo prometido. Con esto se concluye que la rentabilidad es el pago por el riesgo que debe asumir el dueño del dinero, y además tiene una relación directa y proporcional. A mayor riesgo, o probabilidad de incumplimiento, mayor rentabilidad, o incentivo. Por esto, lo que se denomina aquí, la ley universal de las finanzas es: A mayor riesgo, mayor rentabilidad.
Esta ley universal, es una condición natural de la actividad económica y por tanto rige para todos. Hay una conexión directa y vectorial del riesgo y la rentabilidad, aunque no es estrictamente proporcional en todos los casos. Esto es, que puede encontrarse actividades con iguales niveles de riesgo pero que una resulte un poco mas rentable que otra, pero no con una magnitud desproporcionada. Es seguro que si dos actividades son notoriamente disimiles en rentabilidad su condición de riesgo es diferente, así se quiera hacer parecer que no.
Con la reflexión realizada, la invitación al lector es que disponga su mente a analizar el mundo de los negocios y las empresas como un análisis de riesgo y rentabilidad, en términos de la ley universal. Una vez se ha logrado hacer consciente esta lectura será fácil reconocer inversiones potenciales que compensan su riesgo de forma adecuada con su rentabilidad, de apuestas absurdas de riesgo desmedido y rentabilidad incierta, camufladas con cortinas de humo de promesas de retornos astronómicos inviables.
Cuando aprenda a medir el riesgo de las inversiones, se habrá convertido en un jugados hábil del mundo de los negocios.
Carlos Fajardo Segura